Buenos días. Hoy vamos a cerrar el curso de música hablando de los 10 compositores de música clásica más importantes de la historia. A lo largo de estas semanas a través de los podcasts hemos tenido una visión general de la Historia de la Música y por ello, quería hoy cerrar este proyecto. No hace falta leerlo o escucharlo todo "del tirón". Podéis ir consultando esta entrada del blog a lo largo del verano.
Si bien la historia de la música se remonta a las tribus prehistóricas, comenzamos nuestro recorrido dónde lo dejamos la semana pasada: el Renacimiento (finales del siglo XIV – siglo XVII). Fue entonces cuando los compositores de música clásica pudieron por fin imprimir sus obras. La imprenta de Gutenberg (1450) contribuyó a la difusión musical.
Monteverdi (1567-1643): Es un compositor de música clásica clave en la transición entre el Renacimiento y el Barroco musical. Son famosos sus madrigales (piezas musicales de tres a seis voces que cuentan una historia laica), así como L‘Orfeo, que se considera la primera ópera de la historia.
Obertura de la ópera Orfeo .
Georg Friedrich Haendel (1685 – 1759). El Barroco
La característica principal de la música barroca (de 1600 a 1750) es el contraste: se busca la oposición en el ritmo, en los matices, en la sonoridad, en los instrumentos, etc. Además, en esta época surge la orquesta (que de momento es aun pequeña) con instrumentos agrupados por familias: cuerda, viento y a veces percusión.
Friedrich Haendel es uno de los más importantes compositores de música clásica de esta etapa.
Alemán nacionalizado inglés, Haendel comienza escribiendo óperas en italiano, sin éxito. Sin embargo, se da cuenta de que en inglés sí que funcionan, así que dedica su carrera a obras instrumentales y vocales en este idioma. Ponía música a los grandes eventos de la corte, por ejemplo la Música acuática, compuesta para los paseos en barco por el Támesis del rey Jorge I.
Su obra más famosa es El Mesías, una de las piezas fundamentales de la música sacra de todos los tiempos.
Antonio Lucio Vivaldi (1678 – 1741). El Barroco
Vivaldi nació en una familia de músicos, y comenzó a estudiar en la escuela de San Marcos de Venecia. Para seguir su vocación musical, se ordenó sacerdote, por lo que se ganó el apodo de “el cura rojo”, ya que era pelirrojo. Sin embargo, el compositor y músico italiano ofició pocas misas y demostraba escaso interés por la vida religiosa.
Por el contrario, Antonio Vivaldi es uno de los compositores de música clásica más prolíficos, ya que compuso más de 700 obras, entre ellas 46 óperas y más de 400 conciertos. El más famoso es el Concierto opus 8, RV 269, 315, 293, 294: en otras palabras, Las cuatro estaciones. En realidad son cuatro conciertos, con una intención claramente pictórica: cada instrumento representa algo descriptivo del paisaje, arroyos, pájaros, fuegos, etc.
Primavera
Johann Sebastian Bach (1685 – 1750). Fin del Barroco
Considerado por muchos como el más grande de los compositores de música clásica de todos los tiempos.
Franz Joseph Haydn (1732 – 1809). El Clasicismo
El Clasicismo musical coincide con la época de la Ilustración. Con la Revolución Francesa, los ideales de igualdad, libertad y fraternidad se aplican a la música. El arte y la enseñanza se popularizan, y la música busca ser un lenguaje universal, accesible para todos. Se dejan atrás las florituras y artificios del barroco. Lo fundamental es que la música clásica sea agradable, que ‘entre por el oído’.
El austríaco Haydn es uno de los compositores de música clásica más influyentes en el desarrollo de la música clasicista.
Aquí podemos escuchar una obra que hemos trabajado en el curso, seguro que os vuelve a "sorprender"
Wolfang Amadeus Mozart (1756 – 1791). Clasicismo
Amadeus Mozart fue un niño prodigio que a los seis años ya era un intérprete avanzado de violín, pero tuvo una vida corta y llena de penurias económicas.
A pesar de todo, en sus 35 años de vida, este genio de la música compuso más de 600 piezas. Su obra abarca todos los géneros: sinfonías, divertimentos, sonatas, música de cámara, conciertos, ópera y música de iglesia.
Ludwig van Beethoven (1770 – 1827). Inicios del Romanticismo.
El Romanticismo musical comienza en 1800, con la 1ª Sinfonía de Ludwig van Beethoven. En esta época, se defiende la libertad creadora del artista. Beethoven será considerado el primer artista independiente. Ya no se apela a la razón, sino al sentimiento. La música se convierte en un lenguaje que intenta expresar aquello que no se puede explicar con palabras. Cada autor romántico tiene su estilo personal, subjetivo.
Beethoven estudió con Joseph Haydn, y aunque decía no haber aprendido nada de él, asimiló enseguida el clasicismo vienés. Poco a poco, fue creando su propio lenguaje, en todos los géneros musicales.
La mayoría de las obras más conocidas de Beethoven pertenecen a su primera etapa, la llamada ‘década heroica’. Sin embargo, la sordera del músico hizo que se aislara de la sociedad justo cuando su fama alcanzó su punto culminante, y desde 1818, su música quedó relegada a un pequeño grupo de expertos, salvo por los estrenos de la Sinfonía nº 9 y la Missa Solemnis.
Para Elisa
Frédéric François Chopin (1810 – 1849). El Romanticismo pleno
La construcción y ampliación del piano cambió el rumbo de la historia de la música clásica. El piano ganó en matices y en volumen. Y si hay un compositor famoso por su virtuosismo al piano, ese es Frédéric Chopin.
Su primera obra para piano la compuso con tan solo siete años, aunque tuvo que ser su padre quien escribiera la partitura. Con ocho años ya era considerado un niño prodigio, y daba conciertos ante los aristócratas.
Chopin es un exponente fundamental del Romanticismo pleno (el que se desarrolló entre 1830 y 1850), por su azarosa vida personal y, musicalmente, por su uso de las formas del folclore popular.
Nocturno
Wilhelm Richard Wagner. El Romanticismo tardío
Con el Romanticismo llegando a su fin, los compositores de música clásica buscan un lenguaje único. Usan las sonoridades de una manera más libre.
Richard Wagner se caracterizó por el uso de cromatismos (es decir, de notas intermedias en la escala). Así conseguía dar mayor expresividad a sus obras, sobre todo a sus óperas (que él llamaba “dramas musicales”). En ellas, cada personaje tenía una tonalidad distinta. La música estaba al servicio de la expresión dramática.
Wagner buscaba que todas las artes dentro de una ópera tuvieran la misma importancia (música, vestuario, coreografía, libreto…). Él mismo escribió el libreto y diseñó la escenografía de, entre otras, El anillo de los Nibelungos o Tristán e Isolda.
Esta teoría wagneriana no solo afectó al mundo de la ópera, sino que definió también el nacimiento del teatro contemporáneo.
La cabalgata de las Walkirias
(Agradezco a nuestros amigos del blog teatros canal por la información brindada)
Os deseo un feliz verano. Mi recomendación es que escuchéis mucha música, que cantéis y que bailéis todo lo que podáis.
Nos vemos a la vuelta.
Lisa ♪🎵♪